Los primitivos flamencos eran pintores que trabajaron en el Flandes de los siglos XV y XVI. Los territorios a los que nos referimos como Flandes o Países Bajos durante ese periodo formaban un complejo conglomerado de pequeños Estados con gobierno propio: ducados, condados, ciudades episcopales, burgos libres, etc, que durante el período del Renacimiento pertenecían a los duques de Borgoña, los cuales poseían un rico y próspero Estado con dominios más o menos dispersos. A inicios de la Edad Moderna, estos duques rendían nominalmente pleitesía al rey de Francia, aunque en la práctica gobernaban de forma independiente.
Los Países Bajos eran desde la Baja Edad Media un punto clave en el surgimiento del naciente capitalismo. Flandes contaba con una desarrollada industria textil que aportaba cuantiosas ganancias gracias a la exportación. A su vez, este territorio estaba comercialmente unido al otro gran polo del capitalismo, el norte de Italia y, poco a poco, se convirtió en un enlace entre las redes del Mediterráneo, del Centro y del norte de Europa. Todo ello favoreció el nacimiento de una banca moderna y el florecimiento de una burguesía fuerte y emprendedora. Destacaban las pujantes ciudades de Gante, Brujas, Ameberes, Amsterdam, Yprés y Lieja.
Los duques de Borgoña contaban con una lujosa y refinada corte que trasladarían de Borgoña a Bruselas, lo que significó un revulsivo económico para la región, así como el fomento de la industria del lujo y de las artes.
Los Países Bajos eran desde la Baja Edad Media un punto clave en el surgimiento del naciente capitalismo. Flandes contaba con una desarrollada industria textil que aportaba cuantiosas ganancias gracias a la exportación. A su vez, este territorio estaba comercialmente unido al otro gran polo del capitalismo, el norte de Italia y, poco a poco, se convirtió en un enlace entre las redes del Mediterráneo, del Centro y del norte de Europa. Todo ello favoreció el nacimiento de una banca moderna y el florecimiento de una burguesía fuerte y emprendedora. Destacaban las pujantes ciudades de Gante, Brujas, Ameberes, Amsterdam, Yprés y Lieja.
Los duques de Borgoña contaban con una lujosa y refinada corte que trasladarían de Borgoña a Bruselas, lo que significó un revulsivo económico para la región, así como el fomento de la industria del lujo y de las artes.
En 1477, la duquesa Ana se casó con el emperador Maximiliano, lo que vincularía sus Estados a la casa de Habsburgo y al Sacro Imperio Romano-Germánico.
En 1516 el príncipe Carlos de Gante se conviertió en duque de Borgoña a la vez que hereda los reinos de los Reyes Católico de España y en 1519 fue elevado a la dignidad de emperador como Carlos V, con lo que las posesiones del Ducado de Borgoña, y con ellas los Países Bajos, pasaron por herencia a dominio de los Habsburgo españoles. Precisamente, gracias a su integración dentro de la Monarquía Hispánica, que ahora se embarcaba en la conquista de América y sus dominios se extenderían por todos los continentes, los Países Bajos se convirtieron en el centro financiero del mundo. El puerto de Amberes llegaría a controlar el mayor flujo económico del planeta, tanto por el grueso y cuantía de sus intercambios comerciales como por sus transacciones de préstamos bancarios.
El eje norte de Italia-Países Bajos, tan importante durante la Baja Edad Media, pasará a estar completamente bajo control español tras la conquista de Milán por Carlos V en 1535. El denominado Camino Español tuvo tanto fines militares como económicos y culturales.
En 1516 el príncipe Carlos de Gante se conviertió en duque de Borgoña a la vez que hereda los reinos de los Reyes Católico de España y en 1519 fue elevado a la dignidad de emperador como Carlos V, con lo que las posesiones del Ducado de Borgoña, y con ellas los Países Bajos, pasaron por herencia a dominio de los Habsburgo españoles. Precisamente, gracias a su integración dentro de la Monarquía Hispánica, que ahora se embarcaba en la conquista de América y sus dominios se extenderían por todos los continentes, los Países Bajos se convirtieron en el centro financiero del mundo. El puerto de Amberes llegaría a controlar el mayor flujo económico del planeta, tanto por el grueso y cuantía de sus intercambios comerciales como por sus transacciones de préstamos bancarios.
El eje norte de Italia-Países Bajos, tan importante durante la Baja Edad Media, pasará a estar completamente bajo control español tras la conquista de Milán por Carlos V en 1535. El denominado Camino Español tuvo tanto fines militares como económicos y culturales.
Gobernando Felipe II, se inició en 1568 la guerra de los Ochenta Años, un cruento enfrentamiento entre católicos y protestantes que mezclaba intereses políticos y económicos. Estuvo marcada por la barbara represión de las autoridades españolas y consumió la mayor parte de los recursos y esfuerzos de la Monarquía Hispánica. En 1579 se produjo la segregación del territorio protestante del norte con la creación de la Unión de Utrecht -apoyada por Inglaterra-, mientras que el centro permaneció bajo dominio directo de los españoles y el sur de constituyó en la Unión de Arrás, también católico y fiel a los españoles.
Con la firma de la Paz de Westfalia en 1648 se ratificó la independencia de un nuevo Estado protestante e independiente al norte, las Provincias Unidas de los Países Bajos (origen de la actual Holanda), mientras que el sur permaneció católico y dependiente de la Monarquía Hispánica, los Países Bajos españoles (origen de la actual Bélgica).
El antiguo Flandes hoy: Bélgica, Holanda, Luxemburgo, parte del norte de Francia y del este de Alemania.
Presentación sobre los primitivos flamencos
Autor: Sergi Sanchiz Torres
*Las fechas de esta línea del tiempo son aproximadas, no exactas, y no deben tomarse en consideración al pie de la letra.
Los primitivos flamencos y el Renacimiento
La pintura de los denominados primitivos flamencos se desarrolla en paralelo al Renacimiento italiano, pero de forma absolutamente independiente. Estos pintores parten de una tradición profundamente gótica, en la que entroncan, y caminan hacia lo que Gombrich denomina como la "conquista de la realidad". Como resultado, consiguen descubrir la perspectiva lineal, aportar volumen a las figuras y dotarlas de gran realismo, al igual que harán los artistas italianos, pero la diferencia radica en el método y los objetivos.
*Las fechas de esta línea del tiempo son aproximadas, no exactas, y no deben tomarse en consideración al pie de la letra.
Los primitivos flamencos y el Renacimiento
La pintura de los denominados primitivos flamencos se desarrolla en paralelo al Renacimiento italiano, pero de forma absolutamente independiente. Estos pintores parten de una tradición profundamente gótica, en la que entroncan, y caminan hacia lo que Gombrich denomina como la "conquista de la realidad". Como resultado, consiguen descubrir la perspectiva lineal, aportar volumen a las figuras y dotarlas de gran realismo, al igual que harán los artistas italianos, pero la diferencia radica en el método y los objetivos.
Los italianos siguen un camino de trabajo científico y de imitación de los clásicos, mientras que los flamencos trabajan únicamente por empirismo, sin preocuparse por reglas científicas ni tomar como modelo la antigüedad clásica. Así, si los italianos se preocupan por alcanzar la realidad a través del dominio del dibujo y la proporción matemática, los flamencos lo intentan con el dominio de los detalles y las texturas.
Por otra parte, los artistas flamencos muestran tener un móvil religioso y espiritual, mientras que en los italianos, de inspiración humanista, pesa el interés por el hombre, la mitología y los temas grecorromanos. En este sentido, los italianos muestran una fuerte preocupación por la armonía y la belleza, visible en sus tipos compositivos y el uso y equilibrio cromático, lo cual queda fuera del interés de los primitivos flamencos.
Estas innovaciones se produjeron solo en el campo de la pintura, mientras que la escultura y la arquitectura continuaron siendo plenamente góticos, en concreto, de su última fase, el gótico flamígero.
El estilo de los primitivos flamencos irradiaría la Europa del momento y era visible en los territorios cercanos, pero tuvo especial importancia en la Península Ibérica, donde entraría en contacto y se fusionaría con la tradición local y con el Renacimiento que llegaba de Italia.
Estas innovaciones se produjeron solo en el campo de la pintura, mientras que la escultura y la arquitectura continuaron siendo plenamente góticos, en concreto, de su última fase, el gótico flamígero.
El estilo de los primitivos flamencos irradiaría la Europa del momento y era visible en los territorios cercanos, pero tuvo especial importancia en la Península Ibérica, donde entraría en contacto y se fusionaría con la tradición local y con el Renacimiento que llegaba de Italia.